MARIANO FISZMAN
EL BAILE DEL CONDE DE ORGEL, RAYMOND RADIGUET
El baile del conde de Orgel, Raymond Radiguet, ed. Losada, 2009
Traducción y prólogo: MF
Cuando el joven Raymond Radiguet empezó a documentarse para escribir El baile del conde de Orgel, en 1921, seguramente no imaginó que su segunda novela también iba a ser la última, y que ni siquiera iba a poder terminar de corregir sus pruebas de imprenta ni verla editada. ¿Quién podía haberlo imaginado? En ese momento Radiguet tenía apenas dieciocho años, buena salud, amantes varios, y era una especie de genio precoz. Además de las colaboraciones en revistas, de las que vivía, ya había escrito libros de poemas, obras de teatro y una primera novela, El diablo en el cuerpo, que estaba a punto de empezar su camino de éxito literario y de ventas.
El baile del conde de Orgel está estrechamente relacionado con todas estas cosas. Primero con la biografía de su autor, que en sólo cinco años, y a una edad insólita, llegó a convertirse en un escritor de renombre. Segundo con El diablo en el cuerpo, texto con el que tiene muchas coincidencias. Y tercero con uno de esos amantes, el hasta ese momento poeta y dramaturgo Jean Cocteau.
Radiguet escribió El baile del conde de Orgel en dos veranos, los de 1922 y 1923, lejos de Paris y en compañía de Cocteau, que a su vez, del otro lado de la mesa, escribía sus primeras novelas, El gran extravío y Thomas el impostor. Contra la tendencia predominante de la época, Dadá y el boom surrealista, Radiguet propone volver a una estética clásica y toma como modelo a La princesa de Cleves, de Madame de La Fáyette, obra maestra del clasicismo francés del siglo XVII, para profundizar en su análisis de los mecanismos psicológicos y las pasiones de sus personajes. En una ficha previa a la escritura del libro lo imagina así:
El baile de Orgel
Novela adonde lo novelesco es la psicología.
El único esfuerzo de imaginación está puesto ahí, no en los acontecimientos exteriores, sino en el análisis de los sentimientos.
Novela de amor casta tan escabrosa como la novela menos casta. Estilo: del tipo mal escrita como la elegancia debe dar la impresión de mal vestido. Del lado de lo “mundano”.
Atmósfera útil para el desarrollo de ciertos sentimientos, pero no es una pintura de la sociedad: diferencia con Proust. El decorado no interesa.
Un libro “mal escrito”.
Como El diablo…, El baile del conde de Orgel cuenta una historia de amor que no tiene dos sino tres protagonistas. El triángulo amoroso es de vuelta el tema. En este caso entre el joven François de Séryeuse, el conde Anne de Orgel y su esposa Mahaut. Pero si la primera novela, más autobiográfica, estaba contada en primera persona, en ésta se impone la tercera persona, quizás gracias al desarrollo lógico del oficio pero también por la necesidad de un narrador que pueda introducirse en los pensamientos de todos los personajes para profundizar el análisis de mecanismos que ni siquiera ellos conocen. Tampoco hay en El baile del conde de Orgel un personaje principal definido. La historia empieza con Mahaut, va al conde, después a François, se remonta a las historias familiares de los tres, parece quedarse con François pero al final vuelve a Mahaut y al conde…
“La vida no es tan simple, y la virtud no tiene una sola cara”, dice justamente el narrador de la novela. Acá el romance entre “el joven” y “la esposa” nunca se consuma. El joven ya no siente lástima y culpa por el marido engañado, sino una amistad elevada al grado de amor. “El marido” ahora está presente, es más, los otros dos lo necesitan: “Los incomodaba la ausencia de aquel cuya presencia suele incomodar a los amantes”. Acá también el fuego de una chimenea alimentada con troncos crea un ambiente de sensualidad irresistible, pero es el marido el que, bajo esa luz, ve a su mujer como por primera vez y la desea: “…como si hubiera sido la mujer de otro.” La confusión llega hasta los nombres de los personajes: el del conde, Anne, es de mujer; el de su esposa, Mahaut, masculino; el patronímico de François, de Séryeuse, está en femenino. Además la voz del conde es “afeminada” y de su esposa es “ronca y masculina”. Tanto ellos como los demás personajes de la novela, la señora de Séryeuse, Paul Robin, los Forbach, el noble persa Mirza y su sobrina, el príncipe ruso exiliado Naroumof, la princesa de Austerlitz, que también son objeto de la disección sentimental del narrador, se combinan de múltiples maneras a lo largo del texto, componiendo y descomponiendo diversas parejas.
Radiguet insiste con la crítica a la familia y a la sociedad, que en la primera novela se enfocaba en la pequeña burguesía de las afueras de Paris, y en ésta en la aristocracia del Faubourg Saint-Germain. Al internarse en los pensamientos de los diferentes personajes, la diferencia entre el comportamiento social y el sentimiento íntimo queda en evidencia. El matrimonio es de nuevo el lugar privilegiado de la gran mentira social. Radiguet lo ataca desde la virtud y la pureza, una pureza “auténtica”, no la que pregonan las madres con su “prodigiosa injusticia”, ni los padres-maridos sin amor, ni las hermanas solteras virtuosas por feas. La nobleza aristocrática, que a Radiguet le pareció el marco ideal para una historia de amor, “…todo debe estar subordinado al amor - nada de preocupaciones materiales. El género más profundamente, el más gravemente frívolo”, también es un mundo con un código muy definido y una enorme puesta en escena, con su etiqueta y su gusto por las máscaras, los disfraces, el teatro, el circo y los bailes.
A fines de 1922 queda terminada la primera versión de la novela. A principios de 1923 se publica El diablo en el cuerpo. Es un acontecimiento publicitario, literario y comercial. En julio, Radiguet y Cocteau dejan la ciudad, esa “Paris siempre al acecho del mal”. Vuelven en octubre, y Radiguet le entrega el manuscrito de El baile del conde de Orgel terminado a su editor, Grasset. Antes hubo un pedido de prórroga a las autoridades militares (pedido aceptado), para que el joven escritor terminara de corregir su novela antes de presentarse al servicio militar. Cosas que pasan en Francia. En diciembre de 1923, Radiguet se contagia de tifus y muere después de tres días. Tenía veinte años y cinco meses. El libro se publica en 1924. Cocteau escribió un texto llamado “Tumba de Radiguet” para el prólogo a esa primera edición, y también se encargó de la corrección de las pruebas. Más tarde sería acusado de excederse en esas correcciones y desnaturalizar un texto en el que, según la correspondencia del mismo Radiguet, por momentos habían trabajado juntos.