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EL ORO DEL LUGAR

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El oro del lugar, relatos, editorial Cúmulus nimbus, Buenos Aires, 2023

Tres carnizas: Cacho

 

Está baja la cortina de Cacho.

Me confirma el verdulero de enfrente: no están más, cerraron. No se mudó, no trabaja más.

Cacho, los mejores chorizos del barrio. Los hacía él ahí, atrás del mostrador. Una bandeja plástica blanca a cada lado. El chorizo sin fraccionar enroscado como una serpiente larguísima que él iba atrayendo, atando y apoyando en la bandeja de la derecha. Nudos firmes con hilo a rayas y el globito de carne en el medio para cortarlos sin que estallen. Intervalos regulares, memoria manual.

No más sillas de plástico contra la pared azulejada ni espejos, la pizarra con los precios, la tele alta. No más la caja con la foto de las dos rubiecitas con sus mismos ojos azules, aros de perla y corbatín de colegio de monjas, ni el diario escrito encima con birome.

¿De qué va a laburar ahora su ayudante, Diego, siempre con la 22 de Atlanta con su apodo impreso atrás, Gitano, que también tiene tatuado en cursiva en el cráneo? Diego que se pintó la cabeza a rayas azules y amarillas el día de la final con Flandria y que en un video va a la cancha de Vélez colgado del estribo de uno de los micros.

La cortina ciega, atrás el local vacío. Por ahi pongan una galería de arte. Por ahi lo pongan a Cacho a hacer chorizos sobre una tarima circular blanca en una sala toda blanca, con su uniforme blanco de manga corta y ese gesto concentrado de cirujano o tejedor de redes.

Me voy pisando hojas secas por Thames, pensando cerró Cacho.

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