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LAS CALLES DE VILLA CRESPO

Por las calles de Villa Crespo caminan pintores, monjas, judíos religiosos, señoras, vagos, un ferretero y su vecino.  Se miran de soslayo, espían por las persianas, se estudian, se saludan. Todos tienen el oído en algún pronóstico – de lo que sea.  El fresno ficus y el sauce infinitamente presentes. Es la poética de unas calles.  No hay desfile de íconos populares. Los poemas de Mariano Fiszman no son de la poesía del populismo precioso.  Ese balbuceo que habla por los otros. Acá todo está en el poema.  Todos hablan ahí.  Es una relación de las voces con el paisaje, la bondad, la violencia, el café, Carlos Gardel, los objetos, los gestos, el sabor de la mañana o la resaca de la siesta. Un tratado del paisaje. El poema camina la calle y va pescando el movimiento de lo escondido. De lo transitorio que camina en el tiempo. No lo interpreta, no lo traduce, lo hace sonar. Villa Crespo es una parada del éxodo. Donde  las voces se ven. 

 

Hugo Savino

(incluido en su libro Furgón de cola, Madrid, 2016)

Las calles de Villa Crespo, poemas con ilustraciones de Franco Fasoli (JAZ), editorial La Comarca, Buenos Aires, 2014.

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